El gobierno checo planea introducir nuevas restricciones en un intento por controlar la pandemia de coronavirus. Los ministros se vieron obligados a discutir las nuevas medidas por la impactante confirmación el viernes de más de 8.000 casos de Covid-19, superando el antiguo récord de principios de semana en más de 2.000. El primer ministro Andrej Babis afirma que el objetivo es evitar un bloqueo total al evitar que grupos de personas se reúnan tanto como sea posible, especialmente en el interior. Los compradores no deben ingresar a las tiendas en grupos de más de dos, mientras que en los restaurantes, se alentará a los clientes a que se vayan una vez que hayan terminado, en lugar de dedicar más tiempo. Incluso se está considerando la prohibición de servir alcohol. “Queremos encontrar un equilibrio entre la protección de los enfermos y los ancianos y la economía”, dijo Babis, y agregó que el cierre de primavera le había costado al estado 200.000 millones de coronas checas. “Teníamos que brindar ayuda a todas las empresas y emprendedores”, dijo. “No podemos permitirnos ese tipo de medidas ahora”. El lunes se espera una decisión final que regule cuándo podrán abrir los restaurantes y qué se les permitirá servir.
