El fabricante checoeslovaco Avia ha renunciado a la producción de vehículos nuevos y ahora se concentrará en la construcción de repuestos. Como la mayoría de los fracasos comerciales que actualmente son noticia, las raíces del declive de la compañía van más allá de la actual crisis pandémica. La compañía no pudo mantenerse al día con el progreso tecnológico realizado por otros fabricantes y le resultó imposible cumplir con las regulaciones ambientales más estrictas. Hace un año, la compañía afirmó que desarrollaría un nuevo vehículo eléctrico, pero finalmente no pudo hacerlo. El mejor período de Avia fue durante la década de 1970 cuando sus camiones disfrutaron de un gran éxito porque sus potentes motores los hacían relativamente rápidos. Pero en los últimos años, la producción de la compañía se redujo a solo docenas por año. Actualmente es propiedad del Grupo Checoslovaco
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