La tasa de inflación en la República Checa cayó inesperadamente en septiembre de 3.3 por ciento en agosto a 3.2 por ciento. El Banco Nacional Checo esperaba que los precios fueran un 3,6 por ciento más altos que hace un año. Igual de notable para los economistas es la caída de 0,6 por ciento en los precios en comparación con agosto, que es la mayor caída de mes a mes en 14 años. Esta caída se atribuye en parte al final de la temporada navideña. Una razón por la que las bajas tasas de inflación son sorprendentes es que las cifras de septiembre pasado ya eran bastante bajas. En general, parece que la pandemia está afectando tanto la demanda que podría llevar los precios por debajo del objetivo del 2 por ciento establecido por el Banco Nacional Checo en 2021. Por el momento, los economistas esperan que 2020 termine con una inflación de aproximadamente el 3 por ciento.
