La República Checa tiene un otoño difícil, según su primer ministro Andrej Babis, ya que el número de nuevos casos de Covid-19 amenaza con salirse de control. El martes, se documentaron más de 1,000 casos nuevos, lo que elevó el número de casos actuales a más de 9,000. El deterioro de la situación en Praga, en particular, llevó a Alemania a colocar a la ciudad en su lista roja. Cualquier persona que viaje desde Praga deberá someterse a una prueba de Covid-19, o bien aislarse por sí misma durante 14 días. Pero el primer ministro Babis insiste en que la República Checa no recurrirá a otro bloqueo, alegando que el país simplemente no puede permitirse hacerlo. En cambio, pidió a los checos que se comporten de manera responsable, que practiquen el distanciamiento social y que usen máscaras en todo momento cuando estén adentro a partir del jueves. “Tenemos un gran interés en volver a la vida social, cultural y deportiva normal”, dijo.