Ciudades alemanas como Múnich están sintiendo el impacto del coronavirus no solo por la caída de turistas de toda Europa y América del Norte, sino por su clientela árabe tradicional. Los turistas árabes adinerados habían llegado a amar Múnich y los Alpes, y los mejores hoteles y centros de bienestar de la capital bávara dependían de ellos para obtener una parte significativa de sus ingresos. Cuanto mejor sea el hotel, mayor será la posibilidad de que tenga personal de habla árabe para garantizar el mejor servicio posible. En 2019, 530.000 huéspedes pasaron noches en la ciudad, lo que equivale casi a la cantidad de estadounidenses, británicos e italianos. Los funcionarios locales dicen que uno de los principales atractivos de Munich son sus amplias oportunidades comerciales. Sin embargo, una razón secundaria importante fueron sus instalaciones médicas de alta calidad, ya que los árabes ricos a menudo preferían que los procedimientos se llevaran a cabo en otro lugar que en casa.
