Según los analistas de la empresa STR, la ocupación en los hoteles checos fue del 20,6 por ciento en septiembre, un descenso espectacular del 88,3 por ciento de hace un año. El diario Hospodarske noviny escribe que la situación en Praga es peor, habiendo caído del 86,2 por ciento en 2019 a solo el 13,4 por ciento. En un esfuerzo desesperado por traer un par de huéspedes adicionales, los hoteles de Praga han reducido su tarifa promedio en un 40 por ciento a poco más de 1.600 CZK. Cada vez más, los propietarios de hoteles están considerando cerrar por completo. El presidente de la Asociación de Hoteles y Restaurantes, Vaclav Starek, dijo que a septiembre, casi un tercio de todos los hoteles estaban considerando cerrar en todo el país, mientras que en Praga, el 10 por ciento había cerrado y otro 47 por ciento estaba cerca de hacerlo. Predijo que si la situación no cambiaba, el 60 por ciento de todos los hoteles cerrarían a fines de noviembre.