El desarrollador Speedwell es el segundo inversionista que declara abiertamente que renunció al 10 por ciento de su fuerza laboral debido a la dificultad que tiene para obtener las autorizaciones del Ayuntamiento de la Ciudad Capital. Además, los inversores extranjeros atraídos por el sector inmobiliario rumano prefieren olvidarse de Bucarest
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Los planes de la empresa para el terreno de 11 hectáreas, adquirido a Griro a finales del año pasado, incluyen la integración de edificios antiguos, la estructura metálica, y la construcción de nuevos edificios de oficinas, espacios comerciales y apartamentos, todo en un proyecto masivo que se completaría en diez años después de una inversión de 500 millones de euros. Sin embargo, el proyecto está actualmente estancado y el desarrollador se vio obligado a despedir al 10 por ciento de los 70 empleados.
Didier Balcaen, quien junto con Jan Demeyere fundó Speedwell, dijo que la obtención del permiso de construcción depende del Ayuntamiento y expresó su confianza en que la PUZ pueda ser aprobada a fines de este año. Pero, ninguna PUZ ha sido aprobada en los dos años desde que Bucarest ha sido dirigida por NicuÈor Dan
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Fuente: Economica.net
