Se podrían producir daños irreparables si no se permite que los centros comerciales abran antes de finales de noviembre, advierten los expertos del sector. Pero los dueños de las tiendas están criticando las regulaciones que permitirían la entrada de solo 1 persona por cada 15 metros cuadrados durante la primera fase de aflojamiento. El sistema significará que hasta el 30 por ciento de los compradores tendrán que ser rechazados y que muchos pasarán largos períodos en filas frente a la tienda elegida. El resultado, advierte Tomas Prouza de la Unión de Comercio y Turismo, será gente que paseará mucho más en busca de las colas más cortas. Jan Kubicek, director de la Asociación de Centros Comerciales, está de acuerdo en que la regla no tiene sentido. “Independientemente de los altos gastos, causará un estrés innecesario entre los compradores y su congregación insensata en áreas distintas de aquellas en las que podemos asegurar un entorno seguro”. Recomendó reducir la restricción a solo 10 metros cuadrados, que se ha empleado en Alemania. Kubicek agregó que los estudios han demostrado que las personas compran de forma más “anónima” en estos días y que los centros comerciales no han demostrado ser una fuente de infección.