El minorista de ropa y equipos para actividades al aire libre REI está tratando de vender un edificio de la sede que casi terminó de construir en Seattle. La compañía planeaba tener a sus 1.200 empleados trabajando en el nuevo campus, pero abandonó la idea como resultado de la pandemia de coronavirus. En cambio, una vez que se les autorice a abandonar el régimen de la oficina en casa, el plan es que trabajen desde ubicaciones en toda la ciudad. El director ejecutivo Eric Artz dijo que el brote del virus había obligado a la empresa a “repensar todos los aspectos de nuestro negocio y muchas de las suposiciones del pasado”. Aún se desconoce cuándo se permitirá que los empleados regresen a trabajar en las oficinas. Ni siquiera está claro por el momento cuántos empleados seguirán trabajando desde casa, o cuántos trabajarían en oficinas a la vez. “El objetivo es crear la máxima flexibilidad para que los empleados puedan interactuar con nuestro espacio físico de oficina de la forma que mejor les funcione”, dijo la portavoz Halley Knigge. Es un gran cambio de estrategia. Cuando comenzó el trabajo en el nuevo campus, los funcionarios de REI dijeron que el objetivo era permitir que sus empleados trabajaran en un solo lugar, en lugar de estar dispersos por Seattle.