El bullicio habitual de la temporada navideña en el centro de Praga y el casco antiguo se ha perdido este año y la falta de gente ha convencido a muchos propietarios de tiendas a permanecer cerradas. Los turistas y visitantes del centro comenzaron a regresar a Praga durante el verano, pero nunca regresaron después de que terminó el segundo cierre en noviembre. “Está claro que el centro de Praga se ha convertido en una ciudad fantasma”, dijo el dueño del restaurante Tomas Sagl al diario E15. “La situación para los negocios aquí es catastrófica, toda la cadena económica ha sido destruida. Es una decisión económica y estratégica para cada empresario abrir o no. Hemos elegido la combinación más eficiente”. Sagl opera los restaurantes Kotlea y Pauseteria en Old Town Square. E15 informa que la única tienda en la calle Zelezna que estaba abierta era United Colors of Benetton. Sin embargo, en la lujosa calle Parizska, la mayoría de las tiendas están abiertas. E15 habló con Tamara Kotvavlova, propietaria de tres boutiques a lo largo de la calle, incluida la tienda Rolex. “Hay muchos clientes”, dijo. “Esperaron hasta el momento de la apertura y luego, en la última semana, vinieron principalmente para hacer sus compras navideñas”. Sin embargo, mientras que los clientes checos han regresado a las tiendas de alta gama, los dueños de las tiendas se quejan de que faltan clientes rusos y chinos
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